miércoles, 25 de mayo de 2011

Leer sin saber leer

Lo primero que pensé al leer el título de este artículo, “leer sin saber leer”, fue la obligación a la que se somete a los niños por empezar a leer sí o sí. Considero que antes han de estar preparados para hacerlo y haberles motivado e interesado para que lo hagan de manera autónoma y tomándolo como parte de su diversión y tiempo de ocio. Por esto iniciarles en la vida de la lectura es muy importante, pero siempre y cuando no se les obligue y, como bien dice Irene Vasco, la autora del artículo, involucrándose de manera afectiva, porque si no es así no funcionará.
Si les entregamos los libros sin más y no hacemos que se interesen por ellos y disfruten lo único que conseguiremos es que se alejen de ellos y que los usen para cualquier cosa menos para leer. Si por el contrario, los niños han vivido rodeados de libros y por supuesto por brazos afectuosos serán ellos mismo quienes autónomamente decidan acudir a buscar los libros y por decisión propia leer sus cuentos, de esta manera se conseguirá que la biblioteca sea el lugar más visitado y mejor cuidado.
Como dice el poeta africano, que cita Irene Vasco en el artículo, “sólo lo que se ama se cuida y se conserva” con esto estoy totalmente de acuerdo, es bien cierto porque todo lo que queremos y tenemos cariño lo cuidamos muchísimo. Con lo cual todos los que rodeemos a los niños en su primera etapa hemos de descubrir el disfrute por la lectura, primero nosotros, para saber transmitirles a ellos los beneficios de la lectura y así conseguiremos que lo vean como un momento de disfrute y no de obligación. Hemos de ser nosotros primeramente los que disfrutemos con ello porque somos sus referentes, están continuamente observándonos y los niños aprenden principalmente por este “método”, la observación.
Logremos entre todos que esto verdaderamente sea así y que los niños disfruten con la lectura, que tantos beneficios les trae, como bien dice Irene Vasco, son unmedio para conocer y reconocerse, para dejar un deseo de saber más y para proporcionar mundos simbólicos que permiten abordar los temores de manera segura.